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Los 10 pensamientos negativos más repetidos (parte I)

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blog-16septiembre¿Es sana tu forma de pensar? Todos tenemos algunos pensamientos que son razonables y beneficiosos, que nos hacen sentir de una forma adecuada para poder actuar y conseguir nuestros objetivos; ¡bien por nosotros!

El problema es que todos tenemos también pensamientos no razonables y perjudiciales, frases negativas que nos decimos a nosotros mismos y que nos producen emociones desagradables, nos originan problemas y nos impiden buscar soluciones.

Estos pensamientos negativos alteran nuestra forma de ver la realidad. Es como si nos pusiéramos una gafas mal graduadas que deforman la percepción, en ocasiones, con el objetivo de que la realidad se ajuste a nuestras creencias no razonables.

Son diez las distorsiones de la realidad más comunes, que suelen presentar nuestros pensamientos automáticos (recopiladas por A.T. Beck):

  1. Pensamiento todo o nada (también llamado dicotómico o distorsionado): consiste en ser extremista, ver las cosas en blanco o negro, sin apreciar partes intermedias. Si algo no está perfecto, está mal. Por ejemplo, soy pianista, cometo un pequeño fallo en un concierto y pienso “estoy tocando fatal”.
  2. Generalización excesiva: ser derrotista. Cuando ocurre algo negativo, pensamos que todo va a salir siempre igual de mal y nos desesperanzamos. Utilizamos recurrentemente palabras como “siempre” o “nunca”. Por ejemplo, me despiden del trabajo y pienso “nunca voy a encontrar otro empleo”.
  3. Filtro mental o abstracción selectiva: en el que un detalle negativo nubla los demás aspectos de la realidad. Es como una gota de tinta que tiñe toda la jarra de agua. Un ejemplo: he llegado tarde a una reunión y pienso “ya lo he estropeado todo”.
  4. Descalificación de lo positivo: nuestros comportamientos positivos los consideramos “normales” porque creemos que las cosas agradables no hay que tenerlas en cuenta. Mantenemos una creencia negativa que se contradice con las experiencias diarias. Por ejemplo, si mi profesora me ha elogiado mis ejercicios, pienso “lo ha hecho para animarme, no porque esté bien”.
  5. Conclusión precipitada: consiste en interpretar las cosas de forma negativa, sin datos que fundamenten las conclusiones. Dentro de esta categoría, existen dos tipos de pensamientos muy frecuentes:
    1. Lectura del pensamiento, pensar mal: suponer lo que otros piensan sin ningún tipo de pruebas y sin comprobarlo. Por ejemplo: “ha pasado por mi lado y no me ha saludado, ha querido ignorarme”.
    2. Anticipación negativa o error del adivino: esperar que las cosas salgan mal, aunque no tengamos pruebas para ello. Por ejemplo, “no voy a organizar la fiesta porque todos se aburrirán.

La semana que viene, veremos las otras cinco distorsiones de la percepción de la realidad más comunes. Mientras, te proponemos un ejercicio: identifica con que frecuencia, de 0 a 100, tienes estos pensamientos o distorsiones.

Del libro Cuadernos de Psicoterapia (Una orientación pedagógica e integradora). EOS psicología. Disponible aquí.

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