«Hay que haber comenzado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida, como una inteligencia sin posibilidad de expresarse no sería inteligencia. Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella no somos nada. La memoria, indispensable y portentosa, es también frágil y vulnerable. No está amenazada sólo por el olvido, su viejo enemigo, sino también por los falsos recuerdos que van invadiéndola día tras día… La memoria es invadida continuamente por la imaginación y el ensueño y, puesto que existe la tentación de creer en la realidad de lo imaginario, acabamos por hacer una verdad de nuestra mentira. Lo cual, por otra parte, no tiene sino una importancia relativa, ya que tan vital y personal es una como la otra».
Luis Buñuel Portolés
El 21 de Septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer. 47 millones de personas en el mundo sufren demencia, y cada año se producen cerca de 9’9 millones de nuevos casos, cifra que se triplicará en el año 2050. Por ello, el alzheimer es una cuestión de salud pública.
En el 2015 la OMS convocó el Primer Congreso Ministerial para exigir un Plan de Acción Mundial contra la demencia. El 29 de Mayo de 2017 por fin se aprobó dicho plan que tiene como objetivo concienciar, crear comunidades respetuosas con la demencia que reduzcan el estigma, promocionar medidas para reducir el riesgo, medidas para mejorar el diagnóstico, apoyar a familiares y cuidadores mediante la información, apoyo social, descanso y asesoramiento, acceso a los servicios asistenciales, uso de tecnologías para ayudar a la persona en el hogar y un aumento en la investigación, entre otras.
¿Qué es el Alzheimer?
Según la Fundación Alzheimer España, es un tipo de demencia cuyo trastorno afecta a la memoria, a la pérdida de las capacidades intelectuales (dificultad para expresarse y comunicarse adecuadamente, dificultades para comprender el significado de los objetos o de lo que se ve, desorientación, etc), que perturba la vida diaria de la persona y le impide llevar una vida normal.
¿Cuáles son sus síntomas?
- Pérdida de memoria: referida a olvidos de hechos que han ocurrido recientemente
- Repetición de preguntas: aunque ya les hayamos respondido a esas preguntas siguen preguntando lo mismo una y otra vez
- Colocación de cosas en lugares equivocados: no se acuerdan de donde colocaron las cosas o las colocan en sitios extraños
- Dificultad para recordar el nombre de objetos comunes y que suelen usar: por ejemplo el mando de la tele, la cuchara, el vaso, etc.
- Pérdida del sentido de la orientación: preguntar qué día es, donde está, si está en un lugar conocido o en su propia casa, etc.
- Dificultad para realizar gestos simples y familiares: no puede abrir la puerta, la ventana, poner el fuego, etc.
- Pérdida de interés y motivación por las actividades que antes sí les gustaban y disfrutaba: dejan de leer, de coser, de ver la tele, etc.
- Dificultad para realizar tareas fáciles: por ejemplo no lograr hacer una llamada o contestar al telefonillo, etc.
- Cambios bruscos en su estado de ánimo: a veces sin motivo aparente
- Dificultad para manejar objetos que son muy familiares: se equivoca al utilizar los cubiertos, sabe lo que es un cepillo pero ha olvidado cómo peinarse o cepillarse los dientes, etc.
¿Cómo podemos ayudar a una persona con Alzheimer?
- Intenta anticipar sus necesidades
- Ten mucha paciencia: intenta ver a su niño/a interior y repite las cosas las veces que haga falta
- Escribe en un papel notas para recordarle cosas o escríbele las instrucciones de cómo se hace algo para ayudarla
- Utiliza mucho señales visuales y auditivas, más que las verbales, para ayudar a la persona y darle pistas
- Aceptación: acepta que la realidad es la que es y cuál es el estado de tu ser querido en este momento
- Evita corregir, contradecir o discutir con la persona, en su lugar valida todo lo que diga. Presta interés en lo que cuenta (aunque sea erróneo) y hazle preguntas para potenciar la comunicación
- Intenta hablar en voz baja, evita los ruidos o exceso de movimiento y evita grandes multitudes, ya que todo esto puede irritar a la persona con Alzheimer
- No invadas en exceso su espacio personal
- No le avergüences ni en público ni en privado
- No le pidas que recuerde algo, ayúdale a recordar con pistas