El apego es el vínculo emocional, que desarrolla el niño de forma innata con sus padres o cuidadores (figuras de apego) y que le proporcionan la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad.
Hablamos de apego porque de niños nacemos dependientes por naturaleza, sin la capacidad de nutrirnos y regularnos emocionalmente por nosotros mismos y, son nuestros cuidadores o padres los que, mediante su propia regulación emocional, nos enseñan a hacerlo, gracias a las neuronas espejo que hay en nuestro cerebro.
Según el tipo de apego seguro o inseguro que establecemos con nuestros padres o cuidadores, basado en la accesibilidad y capacidad de respuesta que tuvieron cuando éramos niños para cubrir nuestras necesidades físicas y emocionales, generamos distintas formas de sentir, de necesitar y desear, de preocuparnos y tranquilizarnos y también de relacionarnos, que se manifiestan cuando somos adultos. De ahí que se haga fundamental hablar de apego en terapia.
Ser aceptado y protegido incondicionalmente puede observarse en distintas especies animales para conseguir la proximidad deseada de la madre como base para la protección y la continuidad de la especie.
Cuando somos bebés (Teoría del Apego, John Bowlby) nacemos con un repertorio de conductas _la succión, las sonrisas reflejas, el balbuceo, la necesidad de ser acunado y el llanto_ para conseguir producir respuestas en nuestros padres y cuidadores y vincularnos con ellos.
El objetivo es mantener la proximidad o contacto con la figura de apego, resistirnos a la separación, protestar si se produce (ansiedad por separación) y así utilizar la figura de apego como base de seguridad para lanzarnos a explorar el mundo.
El vínculo seguro favorece el desarrollo de una mayor capacidad de afrontamiento y adaptación del niño al entorno y, posteriormente, del adulto. También al contrario. Por eso, apego y disociación van de la mano.
Ante un trauma o ruptura de la conexión con las figuras de apego, el cerebro protege a la persona disociando la información, generando partes del yo (de las que el individuo puede ser consciente o no) para mantenerse en el mayor equilibrio y estabilidad posible.
Trabajar en terapia el apego y el vínculo es la base para el tratamiento eficaz de trastornos emocionales, fisiológicos, cognitivos y conductuales en adultos. ¿Y cómo se crea un apego o vínculo seguro? Recibiendo y cubriendo las necesidades con amor y contacto físico. Pero esto es harina de otro costal o… de otro post.